Capitulo 29: Dulzura, pasión y rabia

Hola tributos :3 ha llegado un momento muy especial para mi en mi fic ^^ espero que os guste muchiisimo :) Le quiero dedicar este capitulo a mi querida amiga "mi pervertida" Samthy Tribute espero alegrarte el día y nada tributos como siempre disfrutad!

La canción del capitulo de hoy es la misma que la anterior. Aunque para inspirarme en el capitulo he escuchado mil canciones jaja. He elegido esta canción por que es una de mis preferidas desde que la escuche. No por lo que signifique o deje de significar. Si no por lo que siento al escucharla :) para mi es mi canción.

29

Dulzura, pasión y rabia. 

Peeta me retira el pelo de la cara con cuidado y me besa delicadamente en el hombro. Sus labios se posan en él como una mariposa en una débil rama, estremeciéndome en cada paso. Ambos nos mecemos al son de la música. El sonido se hace paso por mis finos y sabios oídos. Puedo diferenciar cada letra, cada nota, cada timbre, cada instrumento que hay en ella. Cierro los ojos, viviendo esta sensación al máximo. Disfrutando de ella por completo. Peeta me conduce por toda la habitación. Me he negado a bailar pero al final he acabado accediendo. No se me da tan mal si no tengo en cuenta las veces que lo he pisado sin querer. No lo quiere reconocer pero en una ocasión le hice demasiado daño. Lo sé, arrugo la nariz. Pero parece que ahora he cogido el ritmo, todo está bien. Es agradable notar su respiración en mi oreja. Un torbellino de emociones me sube por la garganta. Tengo enormes ganas de gritar de felicidad. Cierro fuertemente los ojos y aprieto la boca, conteniendo la gran ola de felicidad que se apodera de mi cuerpo. Acaricio su cuello tocando las pequeñas ondas rubio ceniza. No quiero separarme de Peeta. Ahora lo sé. No quiero perder al chico del pan. Él llego a mi vida como una dulce y bonita canción. Iluminando mi día. ¿Quién creería que yo era parte de un sueño que parecía a años luz de distancia? Miro a Peeta. Él me sonríe y me alza poco a poco hasta que mis pies no tocan de puntillas el suelo. Agarra fuertemente mi cintura y yo enredo mis piernas en su cuerpo. Hecho la cabeza hacia atrás retirando el pelo de mis hombros. Lo miro fijamente sonriendo.

-Estás preciosa cuando sonríes, algo en mi corazón me dice que debo tenerte -susurra hipnotizado devolviéndome la sonrisa. Sin decirle nada, lo beso intensamente. Le pilla desprevenido, abre los ojos sorprendido pero los cierra al unir sus carnosos labios con los míos. Lo beso desesperada como si fuera el último beso como si nunca más pudiera desgastas sus labios.

Algo en él ha cambiado. Algo en mí ha cambiado. Es diferente en ambos. La dulzura se transforma en pasión. Y la pasión en rabia. Ambas crecen en mi interior. Peeta se aproxima a ciegas a la cama llevándome aún aferrada a su cuerpo. Como ambos vamos con los ojos cerrados se choca fuertemente con la columna de madera beis que se alza en las esquinas de la cama sujetando el dosel. Lo miro asustada, pero él me sonríe alegremente regalándome un beso lleno de amor y deseo. Aparto el dosel con las manos, la suave seda me roza el pelo. Peeta se deja caer y ambos aterrizamos sobre las blancas sabanas de la habitación blanca. Me besa el cuello, de mis labios entre abiertos sale un leve quejido. Suspiro. Todas las fibras nerviosas de mi cuerpo cobran vida. La llama que latía en mi corazón se ha apoderado de mi cuerpo. Cada roce, cada tacto de Peeta me descubre un nuevo sentido. Agarra fuertemente mi blusa desgarrándola en un arrebato, dejando mi espalda al descubierto. Introduzco mis delgados dedos entre su enredado pelo con entusiasmo y delirio. Mi piel arde íntegramente de deseo. Peeta me mira apasionadamente a los ojos. Sus robustos dedos acarician mi piel desnuda. No puedo retirar mi mirada de la suya. Me introduzco en el extenso y profundo mar azulado de sus ojos. Nadie me atrapa como Peeta. Hay algo en su mirada tan atrayente. Algo en su sonrisa es tan excitante. Esbozo una sonrisa de un breve empujón nuestros cuerpos giran quedando su cuerpo sobre el mío.

-Bueno aquí no tengo mucha competencia- susurra de repente.

-No tienes competencia en ninguna parte- le contesto con la voz rota. Él parece notar mi timbre de voz. Se aparta unos centímetros y me mira dudoso.

-¿Esto ha ocurrido antes? Real o no Real.

-Real.

-¿en el Vasallaje de los veinticinco? Real o no Real.

-No Real. En la primera arena. En los juegos del hambre-le susurro besándolo suavemente.

-Vale, es solo que…-dice mientras tuerce la boca-tenía dudas. Hoy dormirás bien, ¿tendrás alguna pesadilla?

-espero que no.

-No importa yo estaré contigo. La mayoría de mis pesadillas son sobre perderte. Se me pasa cuando veo que estás a mi lado.

Me tapo la boca con la mano emocionada. Intercambiamos miradas. No sé que le ocurre, está recordando cosas de repente, sin más. Le beso en la mejilla y lo rodeo con mis brazos estrechando su cuerpo fuertemente contra mi cuerpo.

Esta noche estoy volviendo a sentir el hambre que se apoderó de mi en la playa sé que esto habría pasado de todos modos, que lo que necesito para sobrevivir no es el fuego de Gale, alimentado con rabia y odio. De eso tengo yo de sobra. Lo que necesito es el diente de león en primavera, el brillante color amarillo que significa renacimiento y no destrucción. La promesa de que la vida puede continuar por dolorosas que sean nuestras pérdidas, que puede volver a ser buena. Y eso solo puede dármelo Peeta.

Así que, después, cuando me susurra:

-Me amas. ¿Real o no?

Yo respondo:

-Real.

De sus ojos nace un brillo especial. Mis mejillas se me inundan de lagrimas Aferro mi mano a su cuello, acercando su rostro al mío y él me besa fieramente. Un escalofrío me recorre toda la columna vertebral. Lo que siento por Peeta es real. Me dejo llevar por el hambre que se apodera de mí por completo. No quiero que deje de besarme, no quiero que esta noche acabe nunca. Antes nunca necesité a nadie pero esos días ya han pasado.Somos uno. Lo siento latir dentro de mí, con él he encontrado la paz que necesito para mi liberación. Desde esta noche permaneceremos juntos, amantes a primera vista y enamorados para siempre. Entre beso y beso se hace paso en mi corazón. Uniéndose a mi alma, unidos por esta feroz ráfaga de fuego que nos rodea.