Capítulo 2. Vuelta a la vida

Hola tributos, aquí teneis el segundo capitulo de lo que pasó después de Sinsajo (todavía no tiene título oficial, cuando se resuelva el concurso por fin tendra ^.^).

Este es más largo, haber que os parece. espero que os guste mucho. 

besos y que la suerte este siempre siempre de vuestra parte :D

2.

vuelta a la vida

Alzo la mirada al cielo, aunque está un poco nublado hace mucho calor, me retiro la trenza y vuelvo a arrodillarme. La verdad es que limpiar el jardín no era tan fácil como pensaba. Me lleva casi dos horas arreglarlo todo, miro mi obra satisfecha mientras me sacudo las rodillas llenas de tierra. Bueno... ¿y ahora qué hago?

Por la posición del sol, son apenas las 10 de la mañana. Abro la puerta de la casa y me armo con un arco y unas flechas, echo de menos mis momentos cotidianos en el bosque, ya no voy tanto asique he decidido ir a cazar, antes de partir, me paso por la cocina donde encuentro a Sae la Grasienta fregando los pocos platos del desayuno.

-Me voy a cazar. Traeré algo de carne fresca para la comida. – le digo, tras un breve asentimiento decido irme. Seguimos sin hablar mucho, pero ya frecuenta la casa más a menudo. Estoy a punto de salir por la puerta cuando oigo que me llama.

-Katniss – me dice- ¿anoche estuvo aquí Peeta verdad? Lo vi salir esta mañana cuando venía de camino.

-Sí – le respondo cortante. ¿A qué viene esto ahora? Pienso para mí. No tiene sentido.

- lo veo muy ilusionado. Le está costando recuperar la memoria, pero cada día está más “normal”. Solo quiero aconsejarte, antes de hacer nada de entusiasmarlo, pon en orden tus sentimientos – me echa un leve vistazo y nota el enfado en mi cara, se vuelve a girar y agrega – es solo un consejo.

- vale gracias, lo tendré en cuenta.

Salgo rápidamente de la habitación. ¿Qué insinúa con eso? ¿Que volveré a hacerle daño a Peeta? ¿No le he hecho suficiente daño ya? El corazón se me llena de rabia. Estoy haciendo todo lo que puedo por ayudar a Peeta, el me ayuda y yo le ayudo. A veces, viene por las noches para estar conmigo, apoyarme, para que cuando me despierte de una terrible pesadilla este ahí. Pasar de la angustia de un terrible sueño al paraíso azul profundo de los ojos de Peeta. Una lágrima corre por mi mejilla cuando comienzo a tranquilizarme me avergüenzo de mi comportamiento con Sae, tal vez he estado demasiado cortante, intentaré arreglar con ella las cosas a la hora de comer.

Paso por mi antigua casa de la que solo quedan viejas ruinas llenas de moho. El foso que abrieron hace unos meses como fosa común lleva cerrado varias semanas. No me atrevo a pisar por encima, el pensar que hay bajo esos kilos de tierra está enterrado toda mi gente, se me rompe el alma, asique lo rodeo y entro en el bosque por el mismo lugar de siempre, las costumbres no se olvidan asique me paro unos segundos a escuchar la valla. Como era de esperar no está electrificada.

Llego hasta mi pasado punto de encuentro con Gale. Hace tiempo que no sé nada de él, a veces lo veo en televisión. Sé que está en el distrito 2 haciendo un trabajo muy importante, pero nada más. Las primeras semanas esperaba alguna noticia de él, una carta un mensaje algo, pero tras días esperando sin ninguna respuesta desistí toda esperanza. Rebusco en mi interior intentando sentir algo, rabia, odio, añoranza pero no encuentro nada.

Estamos a principios de primavera, los bosque se despiertan del largo invierno. Me doy una vuelta y a los pocos minutos ya he cazado dos ardillas. Aunque ya no utilice el arco tanto como antes no he perdido el manejo. Cuando regreso de camino a casa encuentro una antigua trampa de Gale. El otro día me crucé Hazelle pero no tuve el suficiente valor de preguntar por él.Me agacho y miro los restos, está totalmente destrozada. Aunque quiera negarlo y aparentar estar bien, todavía lo extraño. Su fortaleza, su mirada grisácea, su bonita piel aceitunada… la nostalgia empieza a emerger dentro de mí y se vuelve en un gran círculo de rabia y odio. ¡No, Katniss! ¡Olvídalo, él ya no está! Sigo mi camino, dejando atrás los despojos de mi antigua vida.

Poco a poco estoy volviendo a la vida, a mi vida. Sigo los consejos del doctor Aurelius, el otro día hable con él por teléfono y me dijo que en unas semanas dejaría de tratarme, que finalmente estaría curada. La verdad, es que lo dudo bastante, aunque el doctor Aurelius no me cae mal, dejar de contestar a sus llamadas cada dos días me reconforta. Decido dar un paseo por la veta. Las plantas de comida que plantaron tras la terrible catástrofe están comenzado a dar sus frutos. En cuanto a la fábrica de medicinas sigue aún en construcción. Me detengo unos minutos a observan como las máquinas cargan grandes sacos de arena y enormes ladrillos.

Por fin llego a casa, dejo el arco en el vestíbulo y paso al baño para lavarme la cara. Cuando salgo noto un agradable y hogareño aroma: pan recién hecho. ¡Peeta! el corazón se me llena de emoción un sentimiento de necesidad inunda mi cuerpo, corro hasta la cocina, quiero ver a Peeta necesito verlo estar con él, sentirlo a mi lado, no quiero hacerle daño quiero que se quede aquí conmigo. llego a la cocina con una enorme sonrisa, pero no encuentro a nadie, la tristeza inunda mi ser. yo creí... juraría que estaba... 


El olor vuelve a mi nariz, miro a mi alrededor y veo una pequeña cesta de mimbre en la ventana de la cocina. Me acerco a ella con curiosidad. ¡asique de ahí es donde venía el olor!. encima de un pequeño mantel de cuadrados rojos hay varios panecillos recién hechos y una tarjeta. mi corazón me da un huelco, solo hay un nombre en mi cabeza: "peeta". 
Abro la pequeña tarjeta y en ella leo:


"Recuerda que estamos locamente enamorados, puedes besarme cuando quieras"