Capitulo 16: Cuando te vas

Hola tributos, aquí tenéis el capitulo 16 :) el capitulo del fin de semana espero que os guste :)

La canción del capitulo de hoy ha sido sugerida por la tributo ISmilee! muchas gracias! :) Me encanta la canción!!

16.

Cuando te vas

El instante en el que rocé la dulce y cálida piel de Peeta, el tiempo se detuvo ante mis ojos. Un sentimiento crece dentro de mí, como una pequeña llama ardiente teñida del precioso color amanecer. Me libero unos centímetros del acogedor abrazo de Peeta. Juntando mi nariz con la suya. Es agradable sentir su respiración sobre mi labio superior. Cierro los ojos y aspiro suavemente, disfrutando de su hogareño olor. Peeta me besa dulcemente en los labios. Subo mis manos colocándolas alrededor de su cuello. Nos volvemos a separar y abro lentamente los ojos. La impecable sonrisa de Peeta me deslumbra al instante.

-Katniss… -dice con el tono de voz más tierno que he escuchado nunca –esto… es ¿Real o no Real?

-Real –le digo en una enorme sonrisa.

-Podemos vivir el uno sin el otro ¿Real o no Real? –dice alejándose más de mí, con un gran gesto de confusión en el rostro.

-No Real –digo acercándome a su oído –nos necesitamos el uno al otro. Sin ti mi vida no tendría sentido.

La confusión desaparece de los ojos de Peeta por completo. Me agarra de la cintura y vuelve a besarme.

-¿Puedo congelar este momento en mi mente? Para tenerlo siempre presente, en los buenos y en los malos momentos.

-Puedes –le respondo distanciándome de él. Siempre recordaré estos maravillosos momentos con Peeta. Pero aunque sea feliz, no puedo quitarme a Gale de la cabeza. Le he hecho tanto daño. Suspiro y bajo la mirada al suelo. Los robustos dedos de Peeta agarran mi barbilla obligándome a levantar la cara. A dirigir mi mirada a sus ojos.

-Ve –dice con una triste sonrisa. Frunzo el ceño. ¿A qué se refiere? Tal vez se haya dado cuenta... No puedo hacerle también daño a Peeta.

¿Qué? –le pregunto como si el pensamiento de Gale nunca hubiera estado en mi cabeza.

-Katniss, no puedes engañarme. Recuerda que eres muy mala actriz –dice entre risas –no pasa nada. Te esperaré en mi casa.

-¿Tanto se me nota?-digo afligida. Sonrío. Soy la mujer más afortunada del mundo. Peeta tiene un corazón tan grande que incluso comprende que Gale es un pilar muy importante en mi vida. Le beso y él comienza a alejarse.

-¡Peeta espera! Tengo una curiosidad… ¿De qué hablasteis en tu casa? –le digo alcanzándolo y poniéndome a su paso.

-Vino preguntando por ti. No me sorprendió. Esperaba encontrarme con él tarde o temprano –dice mientras caminamos juntos.

-¿Por qué te lo esperabas? –le pregunto sorprendida. Aunque Posy se lo advirtió, ¿Por qué pensaría Peeta que Gale iba a ir a su casa preguntando por mí?

-Eres difícil de olvidar ¿lo sabes? –Dice en una sonrisa – le dije que no estabas, que se fuera. Que era un egoísta al volver aquí, después de estar tantos meses sin dar ni una sola noticia. Fui muy duro con él. Yo también hubiera hecho lo mismo. No soportaría la idea de perderte, de saber que es otro el que roza tus labios –dice tristemente colocando su brazo sobre mis hombros.

Suspiro. Nunca pensé que esto pudiera pasar en mi vida, que me pudiera pasar a mí. Yo la chica dura que jamás formaría una familia.

-¿Cómo reacciono? –pregunto.

-Yo… fui demasiado agresivo con él. Le herí –continúa Peeta – me prometió que nunca volvería a molestarte. Que te cuidara. Venía preparado para una batalla. Nunca lo he visto más confiado en sí mismo. Por eso reaccioné así al verlo en tu casa.

-Lo sé, me dio miedo perderte. Que te convirtieras en otro –susurro lentamente. Quedan pocos metros para que nuestros caminos se separen y vuelva a ver a Gale. Mi corazón se acelera, no sé que esperar.

-Me dijo que lucharía por ti hasta la muerte. Qué terminaría la guerra y volvería aquí para conquistarte –dice con un duro tono de voz – Me dijo, que si él moriría tu acabarías conmigo. Porque yo si realmente te amo, me acercaría a ti.

Ahora sé el verdadero daño que le he causado a Gale. No puedo contener más y una salada lágrima cae por mi mejilla. Peeta la recoge con el dedo y esboza una triste sonrisa.

-Bueno Katniss, me voy. Te espero –dice dándome un beso en la húmeda mejilla –No tardes mucho ¿vale?

-Vale –le digo intentado dibujar una sonrisa con mis labios. Le doy un breve abrazo y camino hacia mi casa. Peeta me agarra de la mano, dándome la vuelta rápidamente. Volviendo a ponerme frente a él.

-Hubo algo que me pidió –dice muy serio.

-¿El qué? –pregunto rota. Pobre Gale, no debería haberle dicho eso.

-Me pidió que no te lo dijera. Pero creo que deberías saberlo –continua – Me pidio que cuando tuviéramos un hijo lo llamáramos como él – las entrañas se me revuelven. Sería tan precioso pero a la vez tan doloroso para Peeta. Él espera unos segundos esperando mi contestación, pero al no pronunciarme continua – Le dije que sí.

Abro los ojos, no puedo creer que Peeta haya aceptado. Con cada palabra me doy cuenta de que no soy merecedora de su amor. Lo abrazo fuertemente y le regalo un delicado beso.

-Gracias –le digo con los ojos llenos de lagrimas –nos vemos dentro de un rato.

Me giro y camino hacia mi casa. Está vez resisto la tentación de mirar hacia atrás. Por el miedo de salir corriendo hacia Peeta y no volver más. No puedo volver a fallarle a Gale. Acelero el paso, hasta que mis piernas dejan de caminar y comienzan a correr rápidamente.

Abro la puerta. Buscando a Gale, pero no hay nadie…

-Gale –lo llamo en un grito ahogado. Pero no obtengo respuesta. Recorro el vestíbulo hasta que veo el gran charco de sangre. Me arrodillo y lo observo. No puedo ni imaginar el dolor que sentirá Gale. Aunque esté comenzando a sentir por Peeta, no quiero que Gale desaparezca de mi vida. Siempre he necesitado tiempo para mí, pero Gale siempre ha estado para consolarme. Para apoyarme en los horribles momentos. Me pongo de pie y observo las pequeñas gotas de sangre que se dirigen al patio. Corro hacia esa dirección. Estas insignificantes gotas son lo único que puede acercarme a Gale.

Salgo al patio, la sangre comienza a mezclarse con el césped. He perdido el rastro. Solo me queda encontrarlo con la vista. Giro a mí alrededor, mirando hacia todos lados. Aprieto el paso. Y mis piernas vuelven a correr. Llego hasta mi sitio preferido del jardín. Los dos grandes sauces llorones. Mi respiración se acelera rápidamente y mi corazón está a punto de estallar. Gale yace en el suelo con los brazos cruzados y la mirada fija en el horizonte. ¡Sabía que estaba aquí! Algo en mi interior me lo decía.

-Lo siento –digo intentado captar su atención. Gale alza la mirada. Noto como si me dieran un puñetazo en la cara. Hay tanta tristeza en esos preciosos ojos grises. Me siento a su lado –Gale, lo siento de verdad. No podía dejar que se marchara así.

-¿Y podías dejarme tirado en el suelo sangrando? –dice duramente.

-Ya te he dicho que lo siento ¿Qué más quieres? –le digo enfadada.

-Que me quieras más que a él, nada más –dice mientras coge una piedra y la tira raspando el árbol más cercano.

-No puedo Gale –consigo decir. Tengo un nudo en el estomago, no sé cómo reaccionar.

-Eres tan egoísta –dice con un horrible voz bañada en el odio y la repugnancia.

-¿Qué? –grito poniéndome de pie. No puedo creer que me trate así, tal vez me lo merezca… pero…

-¿Sabes lo mucho que te necesitaba en ese momento? –dice levantándose frente a mí y agarrándome de los hombros- He vuelto solo por ti, Katniss. No puedo soportar la idea de perderte –se acerca a mí. Su mano temblorosa se acerca a mi cara y comienza a acariciar mi rostro como nunca nadie lo había hecho – Cuando te vas, cuando no estás a mi lado tu cara… que a la perfección creí conocer me es extraña. Nunca me había sentido así antes, todo lo que hago. Cada paso, cada movimiento me recuerda a ti. Katniss mi mundo huele solo a ti.

-¡Oh, Gale! –digo mientras estrecho su cuerpo contra el mío. Nunca creí que Gale llegara a decirme esas cosas. Que se abriera ante mí de esa forma.

-Conté los pasos que diste al salir por la puerta –dice acariciando mi pelo – Solo quiero que sepas que todo lo que hago, lo que digo… lo hago por ti. Que me es casi imposible respirar porque necesito tenerte aquí conmigo.